martes, 16 de agosto de 2011

La ilusión de debilidad

Muchos de nosotros pensamos en ser vistos como alguien fuerte. Incluso muchas veces sin importar la ocasión, no hay manera de demostrar de que soy débil o vulnerable, bajo ninguna circunstancia. Esto no se aplica luego a la realidad, y es realmente maravilloso que así sea.

Todos somos vulnerables en algún punto, y eso nos demuestra el lazo que forjamos en nuestro entorno. El claro ejemplo muchas veces es la familia, un familiar pasa a otro plano y se llora su perdida en este plano. Aun mas difícil puede tornarse cuando un familiar o ser muy querido se encuentra en dificultades, de salud o de cualquier índole.

El guerrero reconoce sus debilidades, porque si no las reconoce y el oponente si, puede tomarle inadvertido y aprovecharse de eso.
El guerrero identifica su debilidad, la conoce, la fortalece, APRENDE.

Aquí es donde ocurre que el guerrero no puede fortalecerse de forma inmediata, entonces comprende como es que se llega hasta esa debilidad, su origen, su impacto y magnitud. El guerrero entrena el doble, no solo se fortalece, sino que mejora su defensa, su ataque, su postura, se enriquece gracias a que pudo identificar su debilidad.

Resulta muy difícil que en la naturaleza del guerrero y en su buen combate, mientras entrena no tenga combate, y gane. Y también pierda, y el perder alimenta su sed de superarse y comprende mas variantes de como toman su debilidad como ventaja, el guerrero aprende aun mas y aplica sus conocimientos.
Conoce entonces y aplica, el guerrero se enriquece del propio concepto de sabiduría.


El guerrero encuentra aliados, y les enseña.
Ellos aprenden y se fortalecen.