La sabia naturaleza nos ha dejado de regalo solo 1 boca y 2 oídos, suficientemente agudos para prestar atención a aquello que pueda importarnos.
Desafortunadamente sucede que muchas veces, aun siendo diseñados como somos, hablamos mal, mucho, sin pensar, sin oír..
Así como hablamos debemos escuchar, luego de entender la situación cualquier cosa que digamos será mucho mas productiva. Se observa en los demás lo mismo, teniendo en cuenta las enseñanzas anteriores, el enojo no debe tomar voz por nosotros, no nos representa.
Se puede forjar una idea a partir de varios comentarios y puntos de vista. Se debe oír a los demás, se debe oír el ambiente. El universo tiene su lenguaje, y es muy explícito, el mas explícito que haya conocido, se expresa de manera única y tiene una única interpretación cuando le entiendes. Es de vital importancia oír al universo, el conspira a favor nuestro, nosotros debemos oír sus advertencias y avisos, su guía y los méritos que nos otorga.
Unos oyen mas que otros, otros se concentran mas en oír y son capaces de definir un sonido e incluso su origen.
2 oídos que abren paso en la oscuridad, 1 boca que abre paso en el silencio. Ambas partes nuestras que si somos capaces de usar de manera correcta abren miles de puertas.
El lenguaje posee sus matices, la expresión, el tono, la elocuencia determina lo que se transmite, además de las palabras. Cada palabra tiene su significado y su concepto, y hay muchísimas y cada una con un significado distinto, ya sea por el matiz que otorga en el dialogo, como por un significado único que puede poseer.
Oye aun mejor que antes, habla y cuida tu lenguaje, pues el universo también oye, sino, no sabría que hacer de tu lado. Comulga y hazte socio del universo, que tanto a favor tuyo tiene para dar..
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